domingo, 30 de octubre de 2011

V Feria Internacional del Libro


Ya finalizando el mes de octubre, en Cochabamba se lleva a cabo la V Feria Internacional del Libro denominado “Ríe, delira, ama…Todo con un Libro”, en un espacio diferente a versiones anteriores y con una  propuesta algo descabellada y fuera de tino; un “invitado estrella” y músicas de fondo (Belinda, Cumbia kings, dady Yanke y otros de la misma estirpe) que ambientan la atmósfera del lugar y combinan con la sonrisa de su invitado de honor, Cuauhtemoc.

He aquí, una crónica de la visita que tuvo un buen amigo a la “prestigiosa” Feria, texto publicado en el suplemento dominical, La Ramona, del periódico Opinion:

Crónica de una sonrisa anunciada1
            Por: Mijail Miranda Zapata

Antes de dormir la ciudad enloquece. En total contraste con las vidas y las muertes que me circundan, el tiempo para mí pasa demasiado lento. La impaciencia comienza a invadirme y dos colillas de cigarro entre mis zapatos son sus primeros rastros. La cita había sido programada para las 19:00, han pasado veinte minutos y presiento otro fracaso. Al igual que ayer el encuentro se verá postergado. ¿Falta de información? ¿Impuntualidad? ¿Mala organización? A estas alturas poco me importan los detalles. De repente y contra todo pronóstico, un monstruo verde asoma su cabeza tras la esquina. En otra vida debió ser un dragón, algún animal mítico, hoy es el viejo bus que me trasladará hasta el recinto ferial de la laguna Alalay. Sin pensarlo habito rápidamente el vientre del gigante metálico. Se suman a mí tres jóvenes más. El más entusiasta anima a los transeúntes a unirse a la aventura. Algunos parecen temer al antiguo dragón, otros parecen despreciar al moreno muchacho, que de alguna forma exhala un olor muy Daddy Yankee. Las puertas se cierran, y el desolado ambiente trasmuta en indescriptible arcano. Los bramidos de la bestia verde anteceden la partida. Nuestro destino: la Feria del Libro.

La respiración trepidante del antiguo animal a momentos parece extinguirse, no obstante su marcha nuca reduce la velocidad. Atravesamos calles y avenidas, abandonamos la ciudad y nos entregamos a la laguna. A pesar de su lamento y sus hedores aún goza de ciertas virtudes enigmáticas. Más allá de las aguas, a lo lejos, en la negra espesura que a la luz del día se hace montaña, cientos de luces pululan parpadeantes como recitando un presagio. Invaden mi mente palabras que no conozco, tipografías extravagantes, letras ilegibles, conceptos, ensayos, poemas, adivinanzas y cuentos. Como estrellas de un firmamento apenas conocido los libros inundan las estanterías de un laberinto luminoso semejante al edén. Al salir de mi asombro, quebrado ya el encantamiento, me hallo en la puerta del campo ferial. El bondadoso domador del monstruo verde promete buscarnos más tarde y se marcha. Mis pies no reconocen estos pasos y sienten miedo. Nunca antes habían pisado este suelo. Poco a poco me decido y me dejo llevar por la intuición que, sin pensarlo dos veces, me obliga a pagar cuatro bolivianos para seguir camino. -Precio justo- pienso, mientras recuerdo el viaje y el trance alrededor de la laguna. Los cuatro forasteros somos recibidos con mucha amabilidad. Nos ofrecen una bebida, aclarándonos que todos los visitantes serán recibidos de la misma manera. También nos recuerdan que todos los que quieran serán transportados por el mismo antiguo dragón verde que partirá desde la puerta de la iglesia de la plaza Colón, cada hora desde las 4 de la tarde, todos los días. Hemos llegado a puerto. Comienza la búsqueda.

Ingreso con cierto temor a la que parece ser la cueva mayor. Descubro que todo está dispuesto ordenadamente en pequeñas cabañas de mediana proporción y me alegra la certeza de muchos ojos y manos intimando con otros tantos libros. A penas cruzo el umbral me encuentro de sopetón con La Muerte que me ofrece un libro de cómic a buen precio y me invita a su campamento, llamado La Hoguera, mientras me presenta a una simpática jovencita, con atuendo de nena, que parece ofrecer libros de contenido erótico. Aunque la oferta resulta tentadora, la noche es muy joven y decido cambiar de ruta. A unos cuantos pasos de La Hoguera, una modesta gruta llama mi atención. Editorial Fe de Erratas, reza al ingreso. Reconozco algunos nombres en las paredes. Gaby Vallejo, Víctor Montoya, Revista Correveidile. -Veinte pesos- me dice el responsable ufanándose por sus buenos precios. A lado, atraído por la aguardentosa voz de Sabina, encuentro a Nuevo Milenio que según me comentan regala un libro por una compra mayor a 50 bs. Me intereso en algún libro de Julio Barriga, mientras otros peregrinos preguntan los precios de Norte de Edmundo Paz Soldán y Cuestión de Fe de Andrés Laguna y Santiago Espinoza. Alejados del resto encuentro a unos contemporáneos llamados Pseudogentes. -Publicamos nuestros trabajos y también publicamos a otros. Esa es la forma de trabajar- me dicen mientras me entregan antologías, collages y ediciones especiales del cómic boliviano. Husmeando alrededor constato que estos jóvenes no están solos. LR Editorial y Origin Cómic Store me aseguran que el movimiento de las viñetas está más que vivo. Visito territorios conocidos, aunque recreados, Yachaywasi, Amigos del Libro, Libros Mil. Lastimosamente no encuentro muchas novedades. Quizás no tenga buena vista. Quizás no conozca mucho. Prefiero no sacar conclusiones y buscar otras alternativas. Así visito Gente Común. Me sorprenden gratamente las ediciones pocket de algunos títulos. -Mucho nos piratean, para hacerles competencia sacamos éstos a 20 pesitos- me dicen y luego me prometen la llegada de Adolfo Cárdenas y Juan Pablo Piñeiro. Aplaudo la iniciativa de abaratar los costos para el lector y me marcho con un pequeño libro mágico en el bolsillo.

Es el segundo día de Feria y la fiesta kochala de las letras, aunque tímidamente, promete mucho más. Algún recuerdo de luces y letras me aborda, y adivino la presencia de un veterano colectivo a la salida. Apresuro mi andar para no perder el reencuentro con la magia solitaria en el vientre de la camaleónica bestia verde. Sin siquiera imaginarlo me enfrento a una treintena de personas que se debaten entre poesía, preguntas capciosas, la novela de moda, un recetario de comida boliviana y un libro de cuentos infantiles con un tal Benjamín de protagonista. Al sentarme, en el único lugar desocupado, una sonrisa cómplice a mi compañera ocasional resume la felicidad que me provoca la situación. -A mí me gusta Carlos Cuauhtemóc- murmulla con dulzura, luego de preguntar por mis lecturas preferidas. Vuelvo a sonreír. Cochabamba lee. Cochabamba ríe, delira, ama… Todo con un libro.



martes, 11 de octubre de 2011

ADELA ZAMUDIO



11 de octubre, declarado “Día de la Mujer Boliviana”, bajo el gobierno de Lidya Gueiler Tejada (una mujer), en honor a la mujer ilustre Adela Zamudio.

Nació en La Paz en 1854 y falleció en Cochabamba en 1928, postulaba ideas que eran diferentes y quizá en la actualidad aún lo son, nos legó una magna obra literaria, entre poemas, ensayos cuentos y novela; he aquí uno de sus poemas que provocó polémica y que aún debiera ser la chispa que Adela encendió, criticando el sistema patriarcal y machista que se vivía y se vive en Bolivia:

NACER HOMBRE
Cuánto trabajo ella pasa
Por corregir la torpeza
De su esposo, y en la casa,
( Permitidme que me asombre).
Tan inepto como fatuo,
Sigue él siendo la cabeza,
Porque es hombre!

Si algunos versos escribe,
De alguno esos versos son,
Que ella sólo los suscribe.
(Permitidme que me asombre).
Si ese alguno no es poeta,
Por qué tal suposición
Porque es hombre!

Una mujer superior
En elecciones no vota,
Y vota el pillo peor.
(Permitidme que me asombre).
Con tal que aprenda a firmar
Puede votar un idiota,
Porque es hombre!

El se abate y bebe o juega.
En un revés de la suerte:
Ella sufre, lucha y ruega.
(Permitidme que me asombre).
Que a ella se llame el "ser débil"
Y a él se le llame el "ser fuerte".
Porque es hombre!

Ella debe perdonar
Siéndole su esposo infiel;
Pero él se puede vengar.
(Permitidme que me asombre).
En un caso semejante
Hasta puede matar él,
Porque es hombre!

Oh, mortal privilegiado,
Que de perfecto y cabal
Gozas seguro renombre!
En todo caso, para esto,
Te ha bastado
Nacer hombre.