La semana pasada tuve la posibilidad de adquirir algunos libros, los denominados “perdidos”; pues son nada menos títulos de la autoría de nuestro ilustre Jaime Saenz, títulos que hoy por hoy son rebuscados en nuestro medio y poco encontrados, me refiero a “Imágenes Paceñas” y “Brukner. Las Tinieblas” en sus primeras ediciones.
Ambos títulos los encontré por casualidad ofertados en la red social Facebook, no dudé en consultar y llevar a cabo la compra, el comerciante de preciados libros era de La Paz y el monto con el cual los ofertaba era relativamente alto, siempre y cuando te clasificas como persona de clase media baja refiriéndonos al ámbito económico; pero si eres un burgués de los malditos, pues creo que te resulta relativamente bajo.
Este comerciante, proveniente del gremio librero de la ciudad de La Paz, es decir de aquellos que mercadean libros en el Pasaje Marina Núñez del Prado, hace uso de la red social con su espacio denominado “Libros que desesperan” y de vez en cuando pública ofertas interesantes, además de contar con un variado catalogo de libros que los comercia.
No dudé en consultar si alguna vez pasó por sus manos y/o por su comercio, el ejemplar “EL Loco” de Arturo Borda, pues creo que este título solamente circula allá por La Paz y poco o nada acá por Cochabamba. La respuesta no tardó y menciona que cuenta con una fotocopia de los tres tomos y si realmente me encuentro interesado en uno original, me dio a conocer el monto con el cual podría adquirirlo, por cierto relativamente elevado ya sea de clase media baja o burgués.
Aquel precio, creo que es lo razonable para un libro que si vale la pena adquirirlo y más aun cuando conoces lo que consumes, “El Loco” de Arturo Borda es una obra magna de la literatura boliviana y se consolida como precursora de la magnífica obra que manifestó Jame Saenz, sin olvidar que la actual literatura paceña aún se pronuncia con aquella influencia.
Pocas veces pude palpar y leer este libro, al parecer el único ejemplar que hay en Cochabamba es en la biblioteca de la Fundación Simón I. Patiño, no sé si algún amante de las letras lo tiene oculto en su biblioteca, no sé si algún comerciante lo tiene guardado esperando al mejor postor; eso sí, me encuentro al asecho de poder adquirir este maravilloso título y que hoy por hoy es uno de los denominados, "libros perdidos".
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