miércoles, 30 de noviembre de 2011

Qué Tiempos Aquellos


Se nos fue el mes de noviembre y con él uno de los grandes de la producción radial, me refiero a RAÚL CARDONA, un orureño que vivió en Cochabamba la mayor parte de su vida y se consolidó como un hito en la historia de la radio del país.

“Qué tiempos aquellos”, era el último programa que gestó y lo llevó a la televisión, domingo a domingo se lo escuchaba recordando a la vieja Cochabamba, en aquellos tiempos cuando ir a la zona de Cala Cala era como viajar a un lugar lejano más allá del horizonte, asociado con artistas y bellas músicas como “Mi linda Cochabambinita”, “Luna Cautiva” de los Cuatro de Córdova; “Lunita Camba”, “Quise darte” de Gladys Moreno, etc.

Escuchar “Que tiempos aquellos” era acercarse a los tangos de Julio Sosa, conocer el bello tema “Loco” interpretado por Amelita Baltar, deleitarse con los boleros del “Trió los Panchos”, “Javier Solís”, “Pedro Infante”, como olvidar “Libertad la Marque” y otros más que ambientan la atmósfera del ayer.

De hoy en adelante decir “Que tiempos aquellos”, no sólo será recordar a los artistas y bellas músicas de aquellas épocas, será también evocar y rememorar la labor radial de RAÚL CARDONA en “aquellos tiempos”.  

domingo, 20 de noviembre de 2011

Día Mundial de la Televisión


Las Naciones Unidas que todo lo puede y quiere hacer, declara el 21 de noviembre como “Día Mundial de la Televisión” en conmemoración a la celebración del primer Foro Mundial de Televisión en 1996, en el cual se reunieron diferentes medios de comunicación con el fin de debatir la situación de la televisión en ese momento.

Revisando la Resolución en la cual se declara tal día, se menciona e invita a que los estados miembros, “promuevan intercambios mundiales de programas de televisión centrados, en particular, en cuestiones como la paz, la seguridad, el desarrollo económico y social y la promoción del intercambio cultural”.

En el país todos los canales a excepción de Televisión Boliviana, son de instancias privadas y olvidan y omiten tal resolución, pues estos medios de comunicación son usados como “aparatos ideológicos” no del estado como lo diría Althusser, sino de una empresa privada que orienta su programación a un evidente consumismo.

Es así que día a día, en Bolivia, la televisión nos empapa de programas inclinados a desarrollar una política netamente partidaria y poco propositiva, programas de entretenimiento ligados a la moda y al estereotipo norteamericano de la belleza que tiende a ser visceral en cada uno de sus espectadores, programaciones de telenovelas del género culebrón en su máxima expresión, que no hacen más que adormecer el sentido crítico de cada uno de los televidentes.

Lamentablemente, hoy en día ver la televisión y sobre todo la programación nacional es aletargar, amodorrar y atontar el criterio y la creatividad de los espectadores; es dura la situación pero así no más es la realidad, al parecer los pedagogos tienen razón en su argumento de abolir la televisión y así dejar de ser títeres y esclavos, que para el suscrito, es un gran invento y de comunicación masiva poco aprovechado.
 

martes, 8 de noviembre de 2011

Entre Ferias del Libro y sus Bestiarios

El pasado 30 de octubre, en la columna de Xavier Jordán del suplemento dominical La Ramona, titulado “Un Hallowen Criollo1, (por favor leer el texto) daba a conocer un bestiario singular - una cantidad de adefesios, espantajos y esperpentos - monstruos que según el escritor, conviven con nosotros cotidianamente y hacen de las suyas por nuestro medio.

Me preguntaba donde los podía encontrar y no sabía por donde iniciar, creí que alguno de mis familiares era parte de aquel bestiario y nada, entre mis compañeros y amigos de la Universidad, tampoco; entonces, en mi desesperado afán de encontrarlos no supe más que hacer y decidí ir a dar unas vueltas por la Feria del Libro de la región, ya que además de invitado estrella - supuesto escritor de literatura mal llamado de autoayuda - era el único monstruo que pude reconocer, un BATRACIO OPA.

Fue grata mi sorpresa, ya que él susodicho no era el único de aquella especie; es así que entre las diferentes actividades "culturales" que propuso dicha Feria del Libro, pude asistir a un conversatorio de literatura erótica y entonces fue que distinguí, en este caso a una BATRACIA, la reconocí en el instante que decía: “si quieren escribir literatura erótica, tienen que escribir como yo”, una característica esencial que la delataba; en el mismo escenario detrás mío, se descubría otra, cuando decía: “para escribir literatura erótica tienen que tener la sensibilidad que tiene mi hija”, quedé estupefacto y mejor la paro ahí con esta especie.

En este mi afán de investigación y reconocimiento de las diferentes bestias, en base a las características que Jordán arguye, pude reconocer un hibrido entre un HOMBRE DIARREA y un BATRACIO OPA, lo miré por primera vez en una entrevista por la televisión reconociendo las características que corresponde a aquellos HOMBRES DIARREA y además tuve la oportunidad de conversar con él en un pequeño viaje del campo ferial al centro de la ciudad, y al instante reconocí las características de ambas especies, pero lo que más me extrañó y al mismo tiempo me tenía atemorizado, era que formaba parte del frondoso equipo que organizaba la Feria del Libro - uno de los pocos eventos de promoción cultural en aquella ciudad - y entre sus más reconocidas expresiones, mencionaba:

  • ¿Pagarías lo mismo que cobramos por Cuactemo, por el escritor que  propones? (Proponía por lo menos a Fabián Casas)
  • A mí me convenció lo que dijo Cuactemo en su conferencia.
  • Tenemos en la listas de los posibles escritores invitados a Paulo Cohelo.
  • ¿Quién es el Cachin Antezana?
  • ¿Acerca de que escribe?
  • Espero que ese Cachin no sea como los de La Ramona.
  • No puedo creer que un compañero de curso se exprese como lo hizo en La Ramona (el  compañero es el firmante de la columna IN-CO-RECTUS)
  • ¿Qué dices de Og Mandino?

Y lo peor de la jornada:

-                                                                                 “NO TENGO TIEMPO PARA LEER”

No pude creer tales afirmaciones y mejor no reflexionarlo más, es un caso que identifica al pie de la letra a un hibrido como lo había mencionado, pero podría aportar que los HOMBRES DIARREA, también se dedican a coordinar eventos relacionados al libro, con el único fin de lucrar.

Tras terminada la conversación, no dudé en abandonar ese mi afán investigativo; apenas iniciada mi labor de reconocimiento y con una gama de bestias identificadas en aquella Feria, me espantaba continuar con la investigación; que sería si hubiera prolongado mi búsqueda entre los docentes de mi carrera, mejor ni imaginarlo.

En fin, traté de pensar que todo era un sueño y sobre todo olvidar lo que había escuchado, olvidar por completo las características de las diferentes bestias mencionadas en aquel artículo, olvidar que ese domingo leí La Ramona y que de ahora en adelante prometo no hacerlo, mucho menos mencionar aquel nombre en tiempos de Ferias, pues de lo contrario se es víctima de una cruel mirada de pies a cabeza al estilo Ku Kus Klan.

Después de todo, aquella Feria ha terminado, dicen con éxito y mejor la paro ahí, porque  me estoy dando cuenta que estás líneas delatan que yo también soy un monstruo más de aquel bestiario, pues al parecer y de acuerdo a las características, soy un OGRO VERBORRÁGICO jajajjajajajajajaj.
¡Y qué! 



domingo, 30 de octubre de 2011

V Feria Internacional del Libro


Ya finalizando el mes de octubre, en Cochabamba se lleva a cabo la V Feria Internacional del Libro denominado “Ríe, delira, ama…Todo con un Libro”, en un espacio diferente a versiones anteriores y con una  propuesta algo descabellada y fuera de tino; un “invitado estrella” y músicas de fondo (Belinda, Cumbia kings, dady Yanke y otros de la misma estirpe) que ambientan la atmósfera del lugar y combinan con la sonrisa de su invitado de honor, Cuauhtemoc.

He aquí, una crónica de la visita que tuvo un buen amigo a la “prestigiosa” Feria, texto publicado en el suplemento dominical, La Ramona, del periódico Opinion:

Crónica de una sonrisa anunciada1
            Por: Mijail Miranda Zapata

Antes de dormir la ciudad enloquece. En total contraste con las vidas y las muertes que me circundan, el tiempo para mí pasa demasiado lento. La impaciencia comienza a invadirme y dos colillas de cigarro entre mis zapatos son sus primeros rastros. La cita había sido programada para las 19:00, han pasado veinte minutos y presiento otro fracaso. Al igual que ayer el encuentro se verá postergado. ¿Falta de información? ¿Impuntualidad? ¿Mala organización? A estas alturas poco me importan los detalles. De repente y contra todo pronóstico, un monstruo verde asoma su cabeza tras la esquina. En otra vida debió ser un dragón, algún animal mítico, hoy es el viejo bus que me trasladará hasta el recinto ferial de la laguna Alalay. Sin pensarlo habito rápidamente el vientre del gigante metálico. Se suman a mí tres jóvenes más. El más entusiasta anima a los transeúntes a unirse a la aventura. Algunos parecen temer al antiguo dragón, otros parecen despreciar al moreno muchacho, que de alguna forma exhala un olor muy Daddy Yankee. Las puertas se cierran, y el desolado ambiente trasmuta en indescriptible arcano. Los bramidos de la bestia verde anteceden la partida. Nuestro destino: la Feria del Libro.

La respiración trepidante del antiguo animal a momentos parece extinguirse, no obstante su marcha nuca reduce la velocidad. Atravesamos calles y avenidas, abandonamos la ciudad y nos entregamos a la laguna. A pesar de su lamento y sus hedores aún goza de ciertas virtudes enigmáticas. Más allá de las aguas, a lo lejos, en la negra espesura que a la luz del día se hace montaña, cientos de luces pululan parpadeantes como recitando un presagio. Invaden mi mente palabras que no conozco, tipografías extravagantes, letras ilegibles, conceptos, ensayos, poemas, adivinanzas y cuentos. Como estrellas de un firmamento apenas conocido los libros inundan las estanterías de un laberinto luminoso semejante al edén. Al salir de mi asombro, quebrado ya el encantamiento, me hallo en la puerta del campo ferial. El bondadoso domador del monstruo verde promete buscarnos más tarde y se marcha. Mis pies no reconocen estos pasos y sienten miedo. Nunca antes habían pisado este suelo. Poco a poco me decido y me dejo llevar por la intuición que, sin pensarlo dos veces, me obliga a pagar cuatro bolivianos para seguir camino. -Precio justo- pienso, mientras recuerdo el viaje y el trance alrededor de la laguna. Los cuatro forasteros somos recibidos con mucha amabilidad. Nos ofrecen una bebida, aclarándonos que todos los visitantes serán recibidos de la misma manera. También nos recuerdan que todos los que quieran serán transportados por el mismo antiguo dragón verde que partirá desde la puerta de la iglesia de la plaza Colón, cada hora desde las 4 de la tarde, todos los días. Hemos llegado a puerto. Comienza la búsqueda.

Ingreso con cierto temor a la que parece ser la cueva mayor. Descubro que todo está dispuesto ordenadamente en pequeñas cabañas de mediana proporción y me alegra la certeza de muchos ojos y manos intimando con otros tantos libros. A penas cruzo el umbral me encuentro de sopetón con La Muerte que me ofrece un libro de cómic a buen precio y me invita a su campamento, llamado La Hoguera, mientras me presenta a una simpática jovencita, con atuendo de nena, que parece ofrecer libros de contenido erótico. Aunque la oferta resulta tentadora, la noche es muy joven y decido cambiar de ruta. A unos cuantos pasos de La Hoguera, una modesta gruta llama mi atención. Editorial Fe de Erratas, reza al ingreso. Reconozco algunos nombres en las paredes. Gaby Vallejo, Víctor Montoya, Revista Correveidile. -Veinte pesos- me dice el responsable ufanándose por sus buenos precios. A lado, atraído por la aguardentosa voz de Sabina, encuentro a Nuevo Milenio que según me comentan regala un libro por una compra mayor a 50 bs. Me intereso en algún libro de Julio Barriga, mientras otros peregrinos preguntan los precios de Norte de Edmundo Paz Soldán y Cuestión de Fe de Andrés Laguna y Santiago Espinoza. Alejados del resto encuentro a unos contemporáneos llamados Pseudogentes. -Publicamos nuestros trabajos y también publicamos a otros. Esa es la forma de trabajar- me dicen mientras me entregan antologías, collages y ediciones especiales del cómic boliviano. Husmeando alrededor constato que estos jóvenes no están solos. LR Editorial y Origin Cómic Store me aseguran que el movimiento de las viñetas está más que vivo. Visito territorios conocidos, aunque recreados, Yachaywasi, Amigos del Libro, Libros Mil. Lastimosamente no encuentro muchas novedades. Quizás no tenga buena vista. Quizás no conozca mucho. Prefiero no sacar conclusiones y buscar otras alternativas. Así visito Gente Común. Me sorprenden gratamente las ediciones pocket de algunos títulos. -Mucho nos piratean, para hacerles competencia sacamos éstos a 20 pesitos- me dicen y luego me prometen la llegada de Adolfo Cárdenas y Juan Pablo Piñeiro. Aplaudo la iniciativa de abaratar los costos para el lector y me marcho con un pequeño libro mágico en el bolsillo.

Es el segundo día de Feria y la fiesta kochala de las letras, aunque tímidamente, promete mucho más. Algún recuerdo de luces y letras me aborda, y adivino la presencia de un veterano colectivo a la salida. Apresuro mi andar para no perder el reencuentro con la magia solitaria en el vientre de la camaleónica bestia verde. Sin siquiera imaginarlo me enfrento a una treintena de personas que se debaten entre poesía, preguntas capciosas, la novela de moda, un recetario de comida boliviana y un libro de cuentos infantiles con un tal Benjamín de protagonista. Al sentarme, en el único lugar desocupado, una sonrisa cómplice a mi compañera ocasional resume la felicidad que me provoca la situación. -A mí me gusta Carlos Cuauhtemóc- murmulla con dulzura, luego de preguntar por mis lecturas preferidas. Vuelvo a sonreír. Cochabamba lee. Cochabamba ríe, delira, ama… Todo con un libro.