
¿Será que habrá pensado en la muerte antes de morir? ¿Será que habrá procurado estar muerto antes de hacerlo? Al parecer solo su cuerpo estuvo frio e inerte, pero su alma sigue transitando por las calles frías de La Paz y dicen que aún se lo ve por las bodegas como fiel parroquiano.
Pese a tantos años de ausencia del Jaime, su obra lo mantiene presente; leerlo es conocer la oscuridad de la noche y sumergirse en los horrores del alcohol, es sentir el frio, la sola respiración y ser un habitante más de la bodega; es acercarse a la muerte de la muerte y comprender el sentido de la existencia.
Autorretrato es su mejor retrato en “Vidas y Muertes” y escribe:
En la amplitud de la noche;
En lo profundo de la noche, en lo alto de la noche – con el pendón de un mundo olvidado,
el hombre escribe un autorretrato.
Y con unos rumores, y con muchos clamores, y con unas canciones,
se pierde en las tinieblas
Alejados de las bodegas del altiplano paceño, aún se lo rememora, tal como el Jaime lo hubiera hecho; perdiéndonos en el frio de la noche, con rumores, clamores, canciones y los “horrores” del alcohol.
¡A su salud!
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