Las Naciones Unidas que todo lo puede y quiere hacer, declara el 21 de noviembre como “Día Mundial de la Televisión” en conmemoración a la celebración del primer Foro Mundial de Televisión en 1996, en el cual se reunieron diferentes medios de comunicación con el fin de debatir la situación de la televisión en ese momento.
Revisando la Resolución en la cual se declara tal día, se menciona e invita a que los estados miembros, “promuevan intercambios mundiales de programas de televisión centrados, en particular, en cuestiones como la paz, la seguridad, el desarrollo económico y social y la promoción del intercambio cultural”.
En el país todos los canales a excepción de Televisión Boliviana, son de instancias privadas y olvidan y omiten tal resolución, pues estos medios de comunicación son usados como “aparatos ideológicos” no del estado como lo diría Althusser, sino de una empresa privada que orienta su programación a un evidente consumismo.
Es así que día a día, en Bolivia, la televisión nos empapa de programas inclinados a desarrollar una política netamente partidaria y poco propositiva, programas de entretenimiento ligados a la moda y al estereotipo norteamericano de la belleza que tiende a ser visceral en cada uno de sus espectadores, programaciones de telenovelas del género culebrón en su máxima expresión, que no hacen más que adormecer el sentido crítico de cada uno de los televidentes.
Lamentablemente, hoy en día ver la televisión y sobre todo la programación nacional es aletargar, amodorrar y atontar el criterio y la creatividad de los espectadores; es dura la situación pero así no más es la realidad, al parecer los pedagogos tienen razón en su argumento de abolir la televisión y así dejar de ser títeres y esclavos, que para el suscrito, es un gran invento y de comunicación masiva poco aprovechado.
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